miércoles, 30 de noviembre de 2011

- Yo te prometo un para siempre, ¿y tú?
+ Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos.
- Bueno.. Pero aunque te odie, 
si me necesitas iré.
+ No lo creo, si me odias no me querrás ver.
- Pues cerraré los ojos.
+ Tampoco me querrás oír.
- ¡Pues no te dejaré hablar!
+ ¿Entonces?
- Te abrazaré y te diré: "¿Te acuerdas de aquella tarde que te prometí un para siempre? Lo decía en serio."

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