Me bebí la razón, me fumé el corazón.
Dicen que el que no arriesga no gana, que la felicidad cuando cuando se divide, se multiplica; que si luchas puedes perder pero que si no luchas ya estás perdido. Dicen también que de los errores se aprende, que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y yo ya he caído unas cuantas veces con la misma. También hay quien dice que el amor no entiende de razones, que a veces cuando pierdes, ganas; que querer es poder; que llorar nunca ha servido de nada aunque siempre hace que te sientas mejor; que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más lo que un día echaste de menos, pero que las cicatrices siempre nos recordarán el pasado. Yo lo único que puedo decir con seguridad, es que llega un momento en el que la razón no entiende de razones. Y éste es uno de esos instantes.
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