Llegó el momento en el que despierte de mi triste letargo y comience a olvidar lo pasado. Llegó el momento de estar con la amigas, noches enteras sin dormir, bailar como locas subidas en la  tarima , de ser el centro de atención. Llegó el momento de reír, de pasarlo bien, de mostrarme fuerte ante los demás y no una persona vulnerable, de dejar de lamentarme, porque todo lo que pasa, sucede por algún motivo. Y si ahora no lo veo, lo veré en un futuro. En definitiva, llegó el momento de retomar mis días de fiesta con mis espartanas y de ¡vivir!