martes, 13 de marzo de 2012


Muchas veces tenemos miedo. Miedo de sufrir por una persona, miedo de que nos fallen, miedo a lo desconocido, miedo a lo extraño, miedo a estar solos, miedo al destino... incluso a la vida misma.
Pero cuando nos suceden estas cosas tenemos que aprender a darnos cuenta, aunque cueste, que siempre más allá del miedo vamos a encontrar una luz que nos acompaña, una fuerza que nos ilumina a pesar de todo y en la cual podemos confiar ciegamente: los verdaderos amigos.

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